Para hacerles menos dura la vuelta al cole a mis sobris, les propuse forrar un par de libros de texto y decorar un cuaderno para el cole. Así que allí nos sentamos los tres con un montón de papeles, washi tapes, tintas y sellos y montamos nuestro centro de trabajo o de "hacer actividades", como dicen ellos.
¡Todo preparado!
Según me contaron, nunca habían forrado sus libros porque "lo hace Roberto", su profe, así que no me pude resistir a enseñarles este estupendo ritual del fin de verano que yo siempre disfrutaba incluso cuando me tocaba reutilizar algún libro de mi hermana mayor. Aunque, claro, yo solamente los forraba con el típico forro de toda la vida, estos dos pequeñajos se van a aprovechar que su tía es una loca de los papeles para hacer una versión 2.0 del forrado de libros.
Así que según llegaron les puse manos a la obra y a los troqueles:
Mientras ellos troquelaban, fui preparando los papeles para forrar. Alfonso eligió el papel de forro normal pero Alejandra eligió el decorado con topos de color blanco.
"¿Y las estrellitas para qué son, María?" Pues para meterlas dentro y que se muevan cuando muevas el libro.
Y ahora cerramos el último lado del libro y ya casi está. Solo falta poner el nombre y para eso les propuse utilizar sellos de letras, que aunque me costó explicarles que había que "escribir" con las letras al revés para que luego se leyera del derecho, al final cada uno colocó las letras de su nombre...
Y lo que más les gustó es que "¡¡Las letras se pegan solas al cristal!!"
Y así de fácil han forrado y personalizado su libro del cole.
Además, para hacerles un regalito por su colaboración, les compré unos cuadernos con la portada en papel kraft para que lo decorasen con papel, washi tape y sellos, sobre todo sellos ¡Vaya descubrimiento!
Les di unos papeles con unos estampados divertidos y les propuse pegarlos en el lomo:
A partir de ahí ya fue su imaginación y sus manitas las que trabajaron:
"Bueno, chicos tenéis pegatinas y sellos ¿con qué queréis empezar?" "¡SELLOOOOS!" Vale, vale. Con la boca abierta me quedé de verles con qué soltura y rapidez colocaban sellos en el metacrilato y untaban la tinta... A mí sólo me dejaban la toallita para ir limpiándolos ¡Jajaja!
Como os he dicho los sellos causaron sensación.
¡Así pasamos la tarde los tres rodeados de nuestros papeles preferidos!
Y bien contentos que se fueron con sus libros y cuadernos listos para empezar el cole, aunque se les plantea un problema de logística, muy pequeño: "Yo no quiero ir al cole porque no quiero despertarme pronto" Jajaja! Yo tampoco quiero levantarme pronto, Alfonso, yo tampoco...
Pues esta ha sido nuestra actividad para preparar la vuelta al cole. Espero que os haya gustado y que os animéis a transmitir nuestras viejas costumbres a las nuevas generaciones. No puede ser que el pobre Roberto sea el encargado de forrar los libros, con todos mis respetos para él.
¡Hasta la próxima!
M.
Están encantados con sus libros forrados, María. Mil gracias!! Muy originales las estrellas y flores troqueladas dentro del forro.
ResponderEliminarAdemás se lo pasaron genial!
(La madre de los "ayudantes").
Jajaja! Yo también me lo pasé genial con ellos! Lo que más me gustó es cuando me preguntaron: "¿Qué actividad hacemos el próximo día?" Y a la tía se le cae la baba, mientras empieza a darle vueltas a la cabeza... jejeje...
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